

Unos vasos que no conviene abrir...
Escala a la orilla del Nilo

Los cuatro vasos canopos de Horemsaf
En Egipto existían distintas formas de embalsamar, en función de los medios de los que disponían los clientes de las funerarias de la época. La más elaborada (y, por lo tanto, la más cara) incluía la extracción del cerebro y la retirada de las vísceras, ya que en caso contrario su descomposición habría dañado irremediablemente el cuerpo. Esos órganos se momificaban aparte, en cuatro vasos denominados “canopos” que se colocaban al lado de la momia. Sus tapas representaban a los cuatro hijos de Horus en su papel de protectores, ya que según el mito de Osiris eran sus nietos.