Figuras de la locuraDe la Edad Media al Romanticismo

La locura está por todas partes. Pero ¿los locos de ayer son los mismos que los de hoy? El Museo del Louvre dedica este otoño una exposición nunca vista al amplio abanico de figuras de la locura, que abundaron en el universo visual de los siglos 13 al 16. Manuscritos iluminados, libros impresos y grabados, tapices, pinturas, esculturas y objetos tanto preciosos como cotidianos: entre la Edad Media y el Renacimiento, la locura invadió todo el espacio artístico, y el loco y el bufón se impusieron como figuras fascinantes, turbias y subversivas en una época de rupturas no muy distinta a la nuestra.

La exposición cuestiona esa omnipresencia de dichas figuras en el arte y la cultura occidentales de finales de la Edad Media: ¿qué significan esos locos y bufones, que parecen desempeñar un papel fundamental en el paso a los tiempos modernos? Aunque el loco hacía reír y llevaba consigo un universo cargado de bufonadas, también tenía facetas eróticas, escatológicas, trágicas y violentas. Capaz de lo mejor y de lo peor, era quien entretenía, advertía, denunciaba, invertía los valores e incluso derribaba el orden establecido.

La muestra, que reúne en un hall Napoleón completamente renovado más de 300 obras cedidas por 90 instituciones francesas, europeas y estadounidenses, plantea un recorrido excepcional por el arte en Europa del Norte (los mundos flamenco, germánico, anglosajón y, en especial, francés) y pone de relieve una Edad Media profana, apasionante y mucho más compleja de lo que suele creerse. Además, la exposición explora la desaparición del loco cuando triunfaron la Razón y la Ilustración, así como su posterior resurgimiento a finales del siglo 18 y durante el 19. El loco pasó a ser entonces la figura con la que se identificaban los artistas: «¿Y si el loco fuera yo?».

Esta exposición cuenta con el apoyo del Círculo de Mecenas del Louvre, de la Fondation Etrillard y de la New York Medieval Society.

 

Comisarios

Elisabeth Antoine-König, conservadora general del Departamento de Artes Decorativas, y Pierre-Yves Le Pogam, conservador general del Departamento de Escultura, Museo del Louvre