El arte de vivir en la corte de FranciaMobiliario y objetos de arte del siglo 18
En un museo, las artes decorativas pueden exhibirse en vitrinas o colgadas de la pared. Pero también se puede optar por mostrarlas en su contexto: desde el sofá hasta la lámpara del techo, pasando por la chimenea y la borla de la cortina. El resultado da la impresión de vivir en otra época.
Acondicionar las residencias reales
El arte de vivir a la francesa se desarrolló en tiempos del rey Luis XIV y más tarde de Luis XV y Luis XVI. Las residencias reales vieron cómo se transformaba su decoración. En 1682, la corte se instaló oficialmente en Versalles, pero el rey Sol seguía desplazándose entre las residencias de Fontainebleau, Compiègne o Marly. Y en todas ellas la decoración y el mobiliario tenían que estar a la altura de sus prestigiosos ocupantes.
El savoir-faire a la francesa
Fue la época del apogeo de las grandes manufacturas: las de los Gobelinos y Beauvais para la tapicería, la de Sèvres para la porcelana o la de La Savonnerie para las tapicerías y alfombras, sin olvidar los numerosos talleres lioneses especializados en el trabajo de la seda... Los ebanistas, como Cressent, Carlin, Oeben o Riesener, se hacían famosos. Para dar respuesta a la fuerte demanda, las manufacturas y los talleres creaban para la corte muebles preciosos, grandes servicios de aparato, instrumentos científicos refinados y hasta pequeños objetos de uso cotidiano.
Obras destacadas
Cómoda con monos
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Presentación de las artes decorativas: el origen de las "period rooms"
La idea de combinar arquitectura, decoración interior y bellas artes para recrear el ambiente de un periodo histórico determinado de la forma más completa posible nació en Alemania a finales del siglo 19. Gracias a las salas de época, que los museos estadounidenses bautizarían como “period rooms”, las artes decorativas empezaron a exhibirse en espacios que recreaban interiores completos
Los visitantes del Louvre se sumergen en la atmósfera singular que reinaba en las grandes residencias del siglo 18, reales o privadas, de París o de provincias. En la mayor parte de las salas se combinan elementos de decoración, mobiliario y objetos procedentes de distintos palacios o palacetes. Sin embargo, en algunos casos se han reunido varias piezas de un mismo conjunto, por ejemplo, en el Gran Salón del castillo de Abondant, en el del palacete del financiero Marquet de Peyre en París o en el gabinete turco del conde de Artois, hermano de Luis XVI, en el palacio de Versalles.
Salas dedicadas al mobiliario y a las artes decorativas del siglo 18
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¿Sabías qué...?
¿Qué había en el neceser de viaje de una reina?
El contenido del de María Antonieta permitía escribir y dibujar, así como coser, pero también preparar un tentempié, ya que incluía una chocolatera, una tetera y una cafetera. No hay que olvidar los numerosos accesorios de aseo ¡y tampoco el calentador de cama! No te fíes de la aparente modestia de estos objetos: todos están hechos con materiales preciosos (y especialmente caros).
El secreto de la porcelana
Durante siglos, toda Europa envidió la calidad de la porcelana de China. A principios del siglo 18, ningún taller occidental había logrado desentrañar el secreto de ese material, a un mismo tiempo blanco y ligeramente translúcido. ¿Cómo obtener esa hermosa sonoridad y esa superficie que no se rayaba? El secreto era una arcilla muy blanca, el caolín, que se descubrió en la ciudad alemana de Meissen en 1709. Mientras, en Francia, no se encontró ningún yacimiento de caolín hasta 1768; fue en la región de Limoges. Y la manufactura real de Sèvres por fin pudo crear las maravillosas porcelanas que le dieron fama internacional.