El boato del Segundo ImperioLos aposentos Napoleón III.
Antes de ser un museo, el Louvre fue un palacio. En sus innumerables pasillos, reyes, emperadores, ministros y cortesanos precedieron a los visitantes. Y, si hay un lugar donde evocar el prestigioso pasado del palacio, son los aposentos Napoleón III.
Una decoración histórica prácticamente intacta
Pasearse por los aposentos Napoleón III es hacer un viaje en el tiempo a 1861, y más precisamente a las estancias del ministro de Estado, cuya decoración es sobrecogedora. El emperador Napoleón III había reservado para su ministro el primer piso de la reciente ala Richelieu, en la parte que da al patio Napoleón.
Los aposentos del ministro
El ministro disponía de una pequeña residencia para él y su familia: habitaciones de dimensiones modestas, pero con un estilo de rico burgués. Tras esa parte privada sin florituras tenemos los grandes aposentos de aparato. La atmósfera cambia radicalmente: doraduras, terciopelo, pinturas y estucos adornan salones y comedores para ofrecer un lujoso marco para todo tipo de recepciones. Los festejos, ya fueran cenas mundanas o bailes de máscaras, formaban parte del buen vivir de la alta sociedad del Segundo Imperio. Y en la residencia del ministro de Estado no era poco común distinguir al emperador y su esposa entre los invitados.
Del palacio al museo
Todavía hoy podemos admirar esa decoración, conservada prácticamente intacta durante casi 150 años. Después del ministro de Estado del Segundo Imperio (1852-1870), estos aposentos se asignaron al Ministerio de Finanzas, que permaneció aquí hasta 1989. En esa fecha, el palacio del Louvre pasó a ser un museo en su integridad. Más tarde, en 1993, estas salas se abrieron al público.
Los aposentos Napoleón III
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¿Sabías que...?
Un salón puede ocultar otro
El Gran Salón, por ejemplo, podía transformarse en escenario teatral. Reorganizado de ese modo, podía acoger hasta 250 invitados. Y, si el espectáculo requería músicos, se colocaban en un pequeño estrado instalado especialmente encima del escenario.
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Unas butacas peculiares
Este extraño asiento de tres plazas, llamado “indiscreto”, nació en los salones opulentos del Segundo Imperio. En esa época aparecieron todo tipo de muebles nuevos más prácticos, más funcionales o más cómodos. También existe una versión de estas butacas tan curiosas con dos plazas: el “confidente”.
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