Un jardín escultórico bajo techoLos patios Puget y Marly
Bajo los techos acristalados de los patios Marly y Puget, las obras maestras de la escultura francesa se reencuentran con la luz natural. Muchas de las estatuas reunidas en el Louvre se concibieron originalmente para mostrarse en el exterior, en particular en los jardines de los palacios de Versalles o de las Tullerías. ¿Cómo exponer en las salas de un museo esas esculturas destinadas a ser admiradas al aire libre, donde hoy sabemos que se deterioran? Vamos a verlo.
De ministerio a museo
El ala Richelieu (el ala norte que da a la rue de Rivoli) es la más reciente de la larga historia del Louvre. Se construyó en tiempos de Napoleón III y albergó durante más de un siglo, de 1871 a 1989, el Ministerio de Finanzas. Cuando las dependencias ministeriales se trasladaron a Bercy, en el este de París, las salas se asignaron al museo. Se inauguraron en 1993.
Cuando los arquitectos Ieoh Ming Pei y Michel Macary emprendieron las obras de modernización del Museo del Louvre, los patios Marly y Puget aún estaban al aire libre. Los arquitectos vieron en ellos la ubicación ideal para las esculturas que decoraban plazas o jardines públicos. Ahora un sistema de terrazas realza las obras en varios niveles y ofrece distintas perspectivas, mientras que los techos acristalados garantizan una iluminación óptima. Un ingenioso sistema de parasoles de aluminio ayuda a regular la luminosidad, el ruido y la temperatura.
El patio Marly
Marly era la residencia de recreo del rey Luis XIV, a pocos kilómetros de Versalles, donde residía la corte. Allí le gustaba acudir con unos cuantos invitados privilegiados para escapar durante unos días de la vida cortesana versallesca.
El extenso parque, embellecido con juegos de agua y arboledas, acogía numerosas estatuas de elegantes divinidades de la mitología clásica, a menudo vinculadas con el agua, como los conjuntos dedicados a los ríos o la decoración de la cascada rústica o del estanque de las carpas.
A pesar de que hoy el palacio de Marly y su parque han desaparecido, una parte de sus esculturas ha podido conservarse. Tras haber pasado por distintos espacios públicos parisinos, en la actualidad las obras están bien protegidas bajo el techo acristalado del patio Marly.
En la parte superior del patio se encuentran las obras más emblemáticas de todo el conjunto, los Caballos de Marly.
El patio Puget
El patio Puget se llama así por Pierre Puget, uno de los grandes escultores del reinado de Luis XIV, y acoge sus obras maestras, Perseo y Andrómeda y Milón de Crotona, creadas para los jardines de Versalles. La expresividad, el dinamismo y la fuerza dramática de estas esculturas son rasgos propios del arte barroco. No obstante, estas obras tienen también un valor moral: Milón simboliza la derrota del orgullo humano. ¿Y quién era Milón? Pues un antiguo atleta que para demostrar que su fuerza seguía intacta quiso partir un árbol con las manos. Sin embargo, no lo consiguió, se quedó atrapado en el tronco y acabó devorado por un león. Bueno, en realidad la leyenda cuenta que quienes acabaron con el héroe fueron unos lobos, pero Puget prefirió la imagen del león, más vigorosa.
El panorama del siglo 17 al 19
El patio Puget nos permite recorrer los siglos y ver la evolución de la escultura francesa entre los siglos 17 y 19. Las esculturas del 17 proceden de monumentos reales en gran parte destruidos. Decoraban las grandes plazas reales, como la place Vendôme o la place des Victoires de París, y proclamaban la gloria del soberano.
Las obras del siglo 18 provienen de jardines. En aquella época, causaban furor los temas ligeros tratados con un estilo delicado y elegante, como en el caso de la marquesa de Pompadour, favorita de Luis XV, representada como alegoría de la Amistad.
En conclusión, el patio Puget presenta un panorama de la escultura francesa de exterior de la primera mitad del siglo 19, de las estatuas neoclásicas de tiempos de Napoleón I a las estatuas románticas, como el Orlando furioso de Duseigneur, de estilo lírico e impetuoso.
El patio Marly
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La epopeya de los "Caballos de Marly"
Los Caballos de Marly (primera parte)
Antoine Coysevox, uno de los escultores preferidos de Luis XIV, creó estos dos conjuntos monumentales en honor al rey Sol. A lomos de Pegaso, el caballo alado de la mitología grecorromana, tenemos a la alegoría de la Fama, que proclama las victorias militares del monarca, y a Mercurio, dios romano del comercio, que encarna la prosperidad: se alababa así a Luis XIV en todos los aspectos de su reinado. Esta obra maestra se trasladó posteriormente a París para contribuir al boato del jardín de las Tullerías.
Los Caballos de Marly (segunda parte)
Veinte años más tarde, Luis XV se instaló en Marly y encargó a Guillaume Coustou nuevas obras para sustituir las que se habían retirado. ¡Por entonces ya no estaba de moda la mitología, sino la naturaleza! El escultor rivalizó con su predecesor para dar aún más dinamismo a estos caballos fogosos.
Obras destacadas
Nicolas Coustou, Dafne perseguida por Apolo
1 sur 14
¿Sabías que...?
Reconstruir el rompecabezas... de bronce
Reunir las esculturas en el museo resultó ser, en ocasiones, todo un desafío. Durante la Revolución francesa, las estatuas de los reyes instaladas en el centro de las grandes plazas fueron destruidas. Sin embargo, algunas estatuas que ornamentaban la base de los monumentos dedicados a los monarcas se encontraron tras largas investigaciones a lo largo de los siglos 19 y 20: así sucedió con las decoraciones de bronce de la base de la estatua de Luis XIV y el contorno de la place des Victoires.
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