Las sabinas

Las sabinas

Jacques-Louis David

Quince años después de El juramento de los Horacios, David abordó otro episodio de la historia romana, pero en un contexto radicalmente distinto. Tras la Revolución francesa de 1789, en 1791 votó a favor de la ejecución de Luis XVI, su antiguo mecenas. Después, sus simpatías políticas lo llevaron a la cárcel. Allí tuvo la idea de este cuadro: tras la fundación de Roma, los romanos, que necesitaban mujeres, raptaron a las hijas de sus vecinos, los sabinos. Mientras ambos bandos entran en guerra, las mujeres se interponen y consiguen convencerlos de formar juntos una sola nación. La metáfora de David es evidente: llama a los franceses a reconciliarse en el revuelto contexto posrevolucionario. El pintor consideraba este cuadro su obra maestra, en la que había logrado la “pureza griega”, el ideal de belleza de la Antigüedad clásica.